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miércoles, 30 de abril de 2008

Por alusiones

Llevo un tiempo recibiendo cartas, e-mails y llamadas telefónicas amenazandome de muerte desde que publiqué el post de Hakkar. Es sin duda una señal de Ke Alguien A Mandado Ofertas Sustanciosas a otra gente para amenazarme y causarme mal. Tras meses de estar recibiendo todas estas amenazas recibí una carta del mismísimo Hakkar!!! la cual paso a copiar íntegra:


Querida Arda:


Leí tu relato de los hechos sobre mi "relación" con el que vosotros llamáis Kaamos (pues en mi lengua sería un ruido intraducible para vosotros) y despues de mucho reflexionar y sufrir las burlas de otros dioses e incluso de mis propios trolls, mis guardianes, mi pueblo!!!...he decidido contestar y explicar todo con pelos y señales.

Todo empezó hace tiempo, cuando yo estaba en el auge de mi poder y sólo venían algunos aventureros nada precavidos que pensaban que me podían dar muerte a mí, un dios. Lo que muchos no sabían era mi poder de convicción, casi hipnotismo hacia la gente. Había algunos que conseguían resistirse a mis ofertas, pero sólo los más puros de corazón. El resto casi siempre acaba sucumbiendo a mis ritos de troll-ización, sobre todo esos corrompibles humanos...les ofreces un puñado de oro y son capaces de matar a su madre.

Mi objetivo por aquellos días era hacerme con un ejército tan numeroso que no quedase una sola de suelo libre en Zul Gurub. Cada vez venían más ineptos a verme y mi ejército iba creciendo. Pero el problema es que todos eran demasiado descerebrados como para poder comandar pequeños grupos, no eran mas que animales. Necesitaba nombrar a alguien que dirigiera mis tropas y llevase a cabo mis planes. Alguien que tuviera sed de poder y ansia destructiva, a quien le pudiera confiar mis planes más oscuros y perversos y los llevase a cabo sin rechistar.

Entonces llegó él. Tenía porte. Tenía valentía. Irradiaba fuerza y agilidad a la vez. Le observé entrar entre sus compañeros y fui viendo como a poco iban acercandose hacia mi pirámide llevandose por delante a todos mis esbirros aventajados. Era un tipo táctico, sabía cómo y cuándo hacer las cosas, tenía la estrategia bien estudiada...era justo lo que yo estaba buscando...

Cuando se presentó ante mi no fue dificil convencerle:


[Hakkar]:> Hola Kaamos
[Kaamos]:> ¿Cómo sabes mi nombre?
[Hakkar]:> Lo pone encima de tu cabeza...
[Hakkar]:> Bueno, a lo que iba...
[Hakkar]:> Te he estado observando y quiero proponerte algo.
[Kaamos]:> No, gracias, no quiero ninguna enciclopedia ni te voy a dejar 10g para que te compres una montura
[Hakkar]:> Escúchame necio!!! no soy ningun vendedor, soy el dios Hakkar!!! Amo y señor de todo Zul Gurub, y dentro de poco del mundo entero!!!
[Hakkar]:> Te he estado observando y me he dado cuenta de que destacas entre esta panda de inútiles. Eres el único con liderazgo, aplomo y tesón.
[Hakkar]:> Si te unieses a mí seríamos imparables. Nadie se opondría a nuestra fuerza! Todo Azeroth será nuestro si aceptas unirte a mis filas y comandarlas igual que guías a estos pobres estúpidos por mis tierras.
[Kaamos]:> Pero yo soy de la Alianza, hago cosas buenas y tal...
[Hakkar]:> Tendrías más poder del que puedas llegar a imaginar, y serías mi mano derecha. Todo lo que necesitara hacer pasaría por tí.
[Kaamos]:> No se...
[Hakkar]:> Poder...piénsalo...
[Hakkar]:> Cuando llegues ante mí deberás haber elegido convertirte en alguien poderoso o morir...
[Hakkar]:> Si aceptas tendrás todos los chuletones que quieras, para ti y para Noche


Al llegar a mí se volvió en contra de sus compañeros (ya era mío), hasta que de repente paró el combate, y se acercó a decirme algo...sus compañeros tenían que creer que había abandonado el camino de Hakkar para poder seguir recogiendo información infiltrado en la alianza.

Desde ese día mi ejército empezó a crecer con mayor rapidez gracias a la gestión y los consejos de Kaamos. Él conocía mejor que yo a los que iban en busca de mi cabeza, pues seguía entre ellos, y sabía cómo hacerles caer en trampas que no esperasen y dónde eran más vulnerables.

Mi ejército crecía a la par que mi poder, pero también aumentaban los deseos de poder de Kaamos. Él sería el que dirigiría mi ejército por mí cuando la hora de invadir Azeroth llegase. Él sería rey y señor de StormWind. Pero había un brillo en sus ojos que me inquietaba.

Un buen día se empezaron a escuchar rumores de un nuevo mundo...un continente olvidado, rebosante de poder... y cuando ya tenía casi ejército suficiente para invadir Azeroth (y parte de la Tierra Media si nos pillaba de camino) Kaamos se fue. Me dijo que su corazón ansiaba más poder del que yo podría darle y se fue hacia el Portal Oscuro.

No volví a saber nada de él...hasta hace poco, mas exactamente hasta el día que paseabas por la playa y nos viste. Pero no era lo que parecía...

Tras la partida de Kaamos me quise vengar de él, intenté buscarle por todo Azeroth, pero no tenía datos concretos, solo sabía que había ido al Portal Oscuro y ninguno de mis esbirros se atrevía a entrar a través de "la puerta de luz".

De vez en cuando me llegaban rumores de que se le había visto en IronForge haciendo negocios, o atravesando veloz en su tigre las tierras de la peste, o abasteciéndose en las cavernas del tiempo...pero nunca estaba el suficiente tiempo a la vista como para que pudiera darle caza.

Según fue pasando el tiempo los aventureros dejaron de venir cada vez más a por mi cabeza, ya no les interesaba, y mis trolls se cansaron de no poder matar más que otros de su raza y empezaron a esparcirse por todo el mundo, desde Stranglethorn hasta el lejano Zul Farrak. Incluso hay rumores de que un grupo de trolls llegó a cruzar el Portal...

Abandonado por todo el mundo decidí irme a un sitio más tranquilo, y como siempre me he sentido atraído por el agua decidí que una cueva en la costa sería el lugar perfecto. Encontré una cueva mejor de lo que esperaba, era amplia y hasta tenía una catarata con la que pasaba desapercibida al ojo inexperto.

Allí estuve refugiado durante meses hasta que él apareció...volvía mucho más arrogante y con una mirada que me hizo sobrecogerme. Había cambiado, se había vuelto más poderoso, llevaba una armadura muy llamativa y un arco casi tan alto como él. La codicia y sed de poder y sangre que le inculqué hace tiempo habían dado sus frutos...él se acercó a mí a pesar de mis gruñidos y rugidos...lo tenía al alcance para darle un bocado...pero no lo hice...él se siguió acercando y cuando estuvo pegado a mi cabeza...me acarició...


[Hakkar]:> Has vuelto entonces?
[Hakkar]:> Nunca te perdonaré que te marchases así
[Hakkar]:> Por qué lo hiciste? Podíamos haber sido los señores de todo Azeroth
[Hakkar]:> ... me estás escuchando?
[Hakkar]:> me oyes???
[Hakkar]:> pero qué estas haciendo?

Hakkar mira encima de su cabeza
[Hakkar]:> qué son esos corazones???


Sí...Kaamos me estaba intentando domar...a mí!!! todopoderoso dios y amo de los trolls!!!...fue entonces cuando empezó la lucha, me retorcí como nunca antes pero Kaamos consiguió aferrarse a mi cuello y escapar de mis fauces. En medio del fragor del combate fue cuando tu cabeza de orejas puntiagudas apareció en la entrada de la cueva. Tu (con cara de asco) y Kaamos (disfrutando como un niño de lo que le parecía una montaña rusa) intercambiasteis un par de frases y te fuiste enseguida sin quedarte a ver el resultado de la lucha...


Nadie traiciona al dios Hakkar (y luego intenta tamearlo) sin salir impune. No sin conocer mi ira. Le di a Kaamos su merecido y ya no volverá a molestarme más. No se como pude confiar algun dia en este elfo sin escrúpulos que sólo busca su propio bien y tiene una sed de poder insaciable. Espero haber aclarado todo con esta carta y....


A lo lejos se escucha un silbido

[Hakkar]:> ya voy Kaamos, no temas!no dejaré que nadie te haga daño!!!


Fdo: Hakkar

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